¡Esforcemonos! Él vendrá ¡Él viene ya!

Arte y Diseño para Cristo

Nuestro corazón se entristece y acongoja ante la realidad de nuestro mundo. Violencia, Maldad, Contaminación, Destrucción, Guerras, Hambre, Envidia, Celos, Ira, Venganza, Falta de Perdón, Odio, Maltrato, Amenazas, Soledad, División, Contiendas, Muerte, Dolor, Lágrimas y un largo etcétera y podría seguir, pero detengo mi ritmo porque no escribiré únicamente cosas lamentables y tristes, ya nos basta con ver las noticias o escuchar la radio.

No daré gusto al enemigo hablando de sus grandes obras en la humanidad. ¡¡¡No cederé ante su deseo de vernos tristes, compungidos y amedrantados!!!  Por eso hoy, después de varios días extrañando mi tiempo para servir al Señor y compartir su palabra en el blog, me animo a compartir el mensaje que pone Dios en mi corazón. A pesar de las tragedias de nuestra sociedad y los lamentos de nuestro mundo, tú y yo tenemos una esperanza eterna y  una promesa que nos conforta y anima. Una promesa que llegará y está cerca de cumplirse. Así que no nos lamentemos ni contristemos, porque él volverá. Él lo dijo y así será. Nuestro Dios regresará, no nos dejará. ¡Él peleará por nosotros y nos salvará!

Me encanta la firmeza de este versículo, la seguridad que trasmite en cada una de sus palabras. Dios nos invita a ser valientes a pesar del dolor, nos pide que seamos fuertes y que nos esforcemos, que no tengamos miedo, porque él nos rescatará. Entonces hoy, aunque la radio, la prensa y la televisión nos recuerden que nuestro mundo se consume y se ahoga en medio de tantas obras perversas del mismo hombre, levantémonos firmes en fe para declarar que no estamos solos; nos esforzaremos cueste lo que nos cueste pero no daremos oportunidad al temor de minar nuestra esperanza, porque sabemos en quién hemos creído y quién pelea por nosotros. Sabemos que él no nos desamparará y que su regreso está cerca.

¡Jesús volverá! La invitación de hoy es a no perder el tiempo en distracciones y vanas propuestas del mundo sino a permanecer firmes y fieles, porque él volverá con retribución y nuestra lágrimas enjugará y nuestro dolor sanará. Volvamos los ojos y el corazón al cielo. Aferremonos a su verdad y vivamos conforme a su voluntad. Seamos testimonios vivos de su amor y reflejemos al mundo su verdad con nuestra forma de ser y actuar. ¡Hagamos que el mundo, aún a pesar de sus tragedias, tenga esperanza y pueda ver a Jesús!

Trabajando y sirviendo al mejor de los jefes,

Laura Sánchez.

Él pastor apacentará con justicia su rebaño

Arte y Diseño para Cristo

Los pastores recorren junto a sus ovejas largas distancias hasta llevarlas a pastar y descansar pero siempre velando por su cuidado y guiando su camino. Este es el mejor ejemplo para entender nuestro paso por la vida guiados por nuestro pastor, el Señor.

En el rebaño hay ovejas que se apartan del redil y se pierden, hay otras que sólo comen y se abastecen de forma egoísta olvidándose de las demás, hay otras que resbalan y se lastiman pero Dios, como pastor y jefe del rebaño, conoce los riesgos a los que están expuestas sus ovejas, por eso él promete que las cuidará, apacentará y juzgará con justicia.

Leamos juntos, Ezequiel 34:15-16. En estos versos, los verbos a los que hace referencia la palabra de Señor están enfocados a su pueblo, al que llama rebaño y son verbos que reflejan el amor y misericordia de Dios.

Y vemos el verbo “BUSCAR” porque él buscará a la oveja perdida.

También encontramos el verbo “VOLVER” porque él hará VOLVER a la oveja descarriada.

Se menciona también el verbo “SANAR” porque él sanará a la oveja perniquebrada.

Otro verbo que podemos leer en esta porción es el verbo “FORTALECER” porque él fortalecerá a la oveja débil. Pero finalizando aparece un último verbo “DESTRUIR” porque en su justicia él destruirá a la oveja engordada y fuerte.

El capítulo 34 de Ezequiel habla de la profecía contra los pastores de Israel y es un llamado para los pastores y líderes de Iglesia. Es un llamado a pastorear para los demás, no para sí mismos. Dios dice que él mismo vendrá por las ovejas que no son pastoreadas y las reconocerá porque suyas son.

Así que hoy es el tiempo de orar por ellos, por los pastores y su exigente tarea delante de Dios. Ellos deben ser testimonio de renuncia, de esfuerzo y entrega, testimonio de amor y mansedumbre.

Dios demandará de ellos el destino y cuidado de su rebaño. ¿Dónde están mis ovejas? Preguntará!

Oremos por los pastores de nuestras iglesias y pongamos sus vidas y discernimiento en manos del Señor para que él los guíe y dirija cada día, para que haga de ellos, hombres de bien, varones de Dios que edifiquen sus ministerios y reflejen el amor del Señor a la Iglesia. Oremos para que tengna un espíritu noble y dispuesto al servicio. Que Dios les anime cada día a ser valientes y persistentes en los propósitos a los que los ha llamado.

Oremos por la fortaleza necesaria para vencer los constantes ataques del enemigo. Oremos por sus familias y por el establecimiento de la Iglesia como institución de adoración del cuerpo de Dios.

Y como planteamiento para el día de hoy, revisa: ¿qué oveja eres en el rebaño? ¿Sigues en el redil? ¿Tendrá que buscarte el Señor y hacerte volver? ¿O caíste? No olvides que él es pastor de pastores y señor de señores, él nos buscará si nos perdemos, él nos sanará si nos lastimamos, él nos fortalecerá si estamos débiles y él también dice que destruirá a la oveja fuerte y engordada que en egoísmo se abasteció a si misma y no ayudó a los demás.

Dios nos guarde del egoísmo a nosotros y los pastores. Dios nos ayudé a permanecer en amor y misericordia para compartir y ayudar a lo demás. Dios sea nuestro pastor y guía para reconocer nuestros errores y caminar correctamente junto al redil sin apartarnos del rebaño.

Trabajando y sirviendo al mejor de los jefes,

Laura Sánchez.

Viviendo sobria, justa y piadosamente

Han pasado pocos días desde que celebramos la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, nuestro Salvador. Y es necesario que este suceso no sea un motivo de celebración una vez al año sino que sea la razón de nuestra supervivencia día a día. Recordar que Cristo ocupó nuestro lugar y nos dio salvación, nos da la suficiente fortaleza para seguir de pie y seguir caminando en dirección a la meta. Pero no es suficiente recordarlo hay que vivirlo. Saber que somos salvos y libres no nos exime de la tentación por eso el Señor nos anima a ser valientes y a renunciar a todos los deseos del mundo y la carne. Él nos invita a ser imitadores suyos y a vivir en este tiempo de forma justa, sobria y piadosamente esperando su victoria por la eternidad.

Terminó la Semana Santa y muchos fueron piadosos y sensibles a la conmemoración de esta fecha pero ¿y pasados unos días qué?. Ahora es tiempo de aplicar en nuestra vida lo que él Señor nos enseñó y hoy es el día de sentarnos a reflexionar en nuestro comportamiento como hijos suyos. ¿Estamos viviendo vidas piadosas? ¿Somos justos con los demás en nuestra forma de hablar, mirar y actuar? ¿Y nuestras palabras son sobrias o se alejan del amor que Jesucristo nos profesó?

Vivamos en este siglo pero seamos embajadores de su reino, no nos amoldemos a los patrones actuales de conducta ni llamemos a lo malo bueno y a lo bueno, malo. Seamos radicales en nuestra obediencia a Dios, resistiendo el pecado y la maldad. Diciendo no a las mentiras del enemigo y a la tentación. Recordemos que él no pecó aunque fue tentado. Sujetémonos a Dios y seamos valientes. Que nuestro comportamiento hable de Cristo y la gracia de Dios, que nos dio salvación, se extienda a todos los hombres.

Esfuérzate por ser cada día, en todo lugar y hora embajador de los cielos.

Y si hay algo que hoy te impide reflejar la gracia de Dios, si hay algo que te aleja de su amor. Acércate al Señor y reconoce cada uno de tus pecados en oración. Él te perdonará, te sanará, te limpiará y volverá a recibirte en sus brazos. Él es el mismo ayer, hoy y siempre. Pero apártate del error y acércate a Cristo para que puedas sobrevivir al siglo en el que nos ha tocado vivir. Sólo él nos hace fuertes y nos rescata de perecer en medio de tanta contaminación humana (Sexo, drogas, vicios, juego, mentiras, ambición, codicia, envidia, maldad, infidelidad, falta de fe, etc)

¡Que su gracia te colme de bendiciones y nunca olvides que su amor te salvó!

¡Trabajando y sirviendo al mejor de los jefes!

Laura Sánchez.