He visto tantas personas ayunar, tantas jornadas de ayuno multitudinario en las iglesias donde me he congregado. Alguna vez, he ayunado y he visto la respuesta del Señor después de orar y abstenerme de la comida, mentiría si no lo reconociera; pero hoy, Dios profundiza más en el verdadero significado del ayuno y nos invita a analizar su palabra en Isaías en las que nos explica lo que para él es el verdadero ayuno.
Podemos ayunar porque estamos afligidos, necesitados, agradecidos y/o arrepentidos. Podemos ayunar porque actualmente los médicos lo recomiendan como un método que beneficia nuestra salud practicarlo una vez a la semana, pero lo más curioso es que no se reconoce que el primero que nos sugirió ayunar fue Dios. Podemos ayunar porque es una actitud de sujeción y súplica al Señor. Como vemos hay muchos motivos y razones para ayunar.
Pero hoy, Dios viene a decirnos con claridad que significa ayunar para él y no es dejar de comer y beber alimentos por un día y sentir que hemos cumplido y obedecido. En su amor e infinita paciencia, Dios nos anima a ver el ayuno como una actitud desinteresada y desprendida de dar y compartir, más que una aflicción y sacrificio físico.
Si ayunas no tiene que enterarse nadie de que ofrendas al Señor un día para renunciar a las cosas que han tenido importancia en tu vida o que te roban tiempo que podrías dedicarle a él o ayudar y servir a otros. Unámonos y juntos ayunemos como quiere y nos pide el Señor.
Ayunemos críticas y juicios.
Ayunemos quejas y derrota.
Ayunemos negatividad y envidia.
Ayunemos vanidad y lujos.
Ayunemos vicios y ocio.
Ayunemos diversión y gastos innecesarios.
Ayunemos egoísmo y altivez.
¡Ayunemos! Abstengámonos de lo que nada nos aporta y mejor renunciemos y desprendámonos de lo superficial, innecesario y efímero y entonces, como dice el Señor de nuestras tinieblas nacerá luz y resplandecerá como sol de mediodía nuestra oscuridad.
Y recordemos siempre que nuestro tesoro no está aquí, que vivimos para servir y vinimos a los pies de Cristo para ser mensajeros de su amor.
¡Bendiciones!
Trabajando y sirviendo al mejor de los jefes,
Laura Sánchez.